miércoles, 21 de marzo de 2018

Domingo 18/03/2018. Essaouira-Marrakech.

Después de comer vamos a una tienda donde el año pasado compré algunos regalitos y el chico fué muy agradable e instructivo. Increiblemente el chico se acuerda de mi, de que iba con amigos y en bici.
Ángela compra unos collares y nos explica su procedencia y significado, muy interesante.
Tomamos el té en la terracita de un restaurante bastante pijo,  acomodarmos en la zona chillout en la arena de la playa me parece exesivo. Nos cobran 30Dh por té pero los aprovechamos bien. Terracita, sol, playa, wifi y un lavabo inpecable.
Damos un último paseo por el paseo marítimo y por el pueblo, y nos vamos tranquilamente a buscar el bus, són casi las 17:30h, el bus sale a las 18h.
Llegamos a la estación de autobuses de Supr@trans y... "mierda". El bus está lleno, que si deberiamos haber comprado dia y vuelta, qud si deberiamos haberlo comprado a la llegada, que si deberiamos  haber venido antes.....después de la guerra todos generales. La cosa és que no hay sitio y la mejor opción és ir a buscar otro bus. Andamos 15 minutos hasta la estación de buses regulares y el bus de Marrakech está a punto de salir. 50Dh por billete y subimos y 10 minutos más tarde partimos, a las 17:55h. Hace mucho calor y no hay aire acondicionado, todo está  más destartalado, no va por autopista ni és directo. Tardamos un poco más de tres horas en llegar, pero no mucho más, y también para 15min en Chichinoue, pero en el centro del pueblo.
Despertamos en la estación de Marrakech y sólo bajar del bus nos ofrecen un taxi, le digo que si 50Dh, podría ser por un poco menos pero me parece justo. Resulta que no és taxi oficial si no un alternativo. Subimos en una pequeña furgonetilla que parece de juguete. El tio tiene prisa y conduce de forma arriesgada entre el abundante tráfico, buscando el hueco para pasar, adelantando peligrosamente y apurando en la frenada. Nos despertamos de golpe.
Cenamos cerca de la plaza pero no disfrutamos mucho de la cena, no tanto por la decisión del menú si no por algunos errores del local. Suerte que no tenemos mucha hambre.
És la última noche y me apetece una cervecita. Vamos al hotel Tazi y me pido una flag speciale, cerveza marroquí, y Ángela un té.  Un ratito de intimidad, charla y confesiones, y vamos para el hotel. Llevamos todo el dia fuera y aún tenemos que cambiar de habitación y ducharnos.

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