jueves, 17 de febrero de 2011

Trans Attlas 2007. El desierto de Erg Chebbi.

Día 11/04/07. Etapa de descanso y relajación.

Dedicamos la mañana a pasear por el desierto sin adentrarnos demasiado, a pasear por Merzouga y a pasear a los niños del pueblo sobre el portaequipajes de nuestras bicicletas.
Comemos en al albergue algo diferente: " pizza berebere ", está un poco seca pero se deja comer. También hoy he tenido otras sensaciones diferentes, y aunque no quisiera ser demasiado escatológico creo que merece ser explicado. Hoy he defecado consistentemente, después de padecer diarreas desde la primera noche que pasemos perdidos en el Attlas, hoy por fin he dejado de cagar líquido.Hay que matizar que existen dos tipos de diarreas: 1) Las Diarreas de la Muerte, que son las que no puedes controlar y te vas cagando a todas horas y por todas partes provocando deshidratación e incapacitandote para cualquier actividad. Y 2) Las Diarreas Controladas , que son las que, como su nombre indica, puedes controlar y decidir el momento en el que deseas evacuarlas. Eso si, poco concentrada y con el consecuente gran "esparrio"  y elevado numero salpicaciones en un amplio perímetro, sobretodo si la onda expansiva no está controlada por la taza de un WC, como ha sido la gran mayoría de veces por estas latitudes. La mía por suerte era de las segundas. Después una pequeña siesta y para el desierto.
La excursión en dromedario dura más de una hora a un ritmo tranquilo y "balanceado". Nos adentramos en el desierto bordeando las dunas más altas, hasta llegar a la Gran Duna. En una de las laderas está el campamento, formado por media docena de "jaimas" plantadas en la arena, que se ven diminutas junto a la Gran Duna.



Sólo llegar subimos lo más rápidamente posible hasta la gran duna y allí en silencio nos quedamos hasta el anochecer. Tras la cena volvemos a subir otra vez a la duna. El silencio es total y la noche más estrellada que jamas haya visto se extiende sobre nuestras cabezas. El desierto, por fin estoy en el desierto, y aunque no es un desierto enorme es lo suficientemente grande como para satisfacer mis expectativas y acallar el ansia largo tiempo gestada de pasar una noche sobre las arenas del desierto. Tras un rato bajo las estrellas nos vamos a dormir mañana hay que ver el amanecer sobre las dunas.

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