miércoles, 23 de febrero de 2011

Trans Attlas 2007. Etapa nueve: El palmeral del Dra.

Día 13/04/07 . Etapa nueve 58 Km y 5 h. de pedaleo.

La ciudad se despierta temprano y yo con ella. A las 6:30 h ya estoy deambulando por sus calles, las tiendas empiezan a abrir sus puertas y exponer sus mercancías. Algunos tenderos me ofrecen sus productos y me invitan repetidamente a entrar en sus locales, pero es demasiado temprano me apetece pasear un rato sólo y tranquilo. Un poco más adelante un chico que va en ciclomotor me pide que si puedo ayudarle a traducir una carta, pero ya llevo muchos días por aquí como para saber que no es más que un truco para que visite su tienda, así se lo digo y sonríe inocente, parece simpático. Le pregunto donde puedo comprar tabaco, me indica un estanco cercano y me acompaña hasta allí, pero por desgracia el estanco está cerrado. Me dice que un poco más lejos hay otro y se ofrece a llevarme con la "amotillo", pero no me parece buena idea ir los dos en la moto sin casco, pienso que podrían multarlo. Total que le digo que me lo compre él, le doy la pasta y le encargo un paquete de tabaco negro. Al cabo de unos minutos ya está de vuelta con el tabaco y el cambio, le digo que se quede el cambio y me dice que no, que no lo ha hecho por dinero. Quizás sea una estrategia para que valla a la tienda, pero joder que buena estrategia. Decido que voy a visitar su tienda.
En la tienda hay otro chico mayor, quizás su hermano, o su padre, o  su jefe, no sé. me atiende amablemente y me ofrece un te. Nos sentamos, me enseña diferentes productos hasta que algo me interesa y empezamos un juego de regateo, natural, educado, respetuoso, limpio, creo que es la primera vez que me siento cómodo regateando. Compro un par de collares para mis niñas y nos despedimos.
Vuelvo al hotel a desyunar con Simón, le explico mi experiencia y decide ir también a comprar algunos "souvenirs". Cogemos las bicis, sin alforjas, y para la tienda, se vuelve a repetir el ritual: te,  mercancías y regateo. Pasamos un rato muy agradable y divertido con ellos.


Volvemos al hotel, cargamos el equipaje y a las 12:30 h. salimos con la intención de cruzar los 80km. de palmeral, total son planos.


El palmeral es llano y precioso, pero resulta ser totalmente caótico y laberíntico. Vamos de izquierda a derecha y de adelante para atrás, sin rumbo definido, intentando buscar una ruta que nos acerque a nuestro destino. Un par de horas más tarde paramos a comer las provisiones que compramos en Zagora, a descansar un poco y arreglar un pinchazo. Estamos un poco hartos de dar vueltas, pero nos resistimos a rendirnos y coger la ruta fácil, que sería la carretera. De nuevo a dar vueltas de aquí para allá. La gente diciéndonos que no, que no es por ahí, que no vamos bien. A todos los que preguntamos nos dicen que por el palmeral hay cientos de kilometro, que debemos ir por la carretera. Finalmente después de más de 40 km lentos y difíciles (cruzar azequias, dar marcha atrás, etc) dando vueltas y sin abanzar más de 20 Km en la dirección que nos interesa decidimos seguir por carretera. La diferencia es abismal y adelantamos muchísimo, pero el palmeral tenía un encanto especial, el paisaje fantástico, los poblados fantasmagóricos, es la primera vez en todo el viaje que los niños huyen a esconderse cuando nos ven, es otro mundo.

Decidimos pasar la noche en medio del palmeral, junto al río, bajo las estrellas. Buscamos un buen sitio algo apartado,  montamos la tienda, nos aseamos un poco, preparamos la cena , y cenamos plácidamente a la luz de las estrellas y los frontales, y a sobarla.

P.D. Una anécdota divertida ha sido cuando cruzábamos una de las aldeas del palmeral y mientras los niños se escondían a nuestro paso y los hombres nos gritaban que no, que no, que no vamos bien. Un pobre chico que jugaba con una cañita y no parecía estar muy centrado, le ha sacudído un cañazo al Simón.  Nos ha cogido tan de sorpresa que sólo hemos podido reaccionar acelerando la velocidad para que no nos diera más con la cañita de los cojones. A mi me ha hecho gracia, al Simón no tanta.


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