jueves, 31 de marzo de 2011

Trans Attlas 2009. Etapa siete: Con un par de pedales.

Día 06/04/09. De Tinerhid a Merzouga. 150 Km. y 7 h. de pedaleo. ( un pinchazo)

Salimos muy tarde de Tinerhid ( recogerlo todo, arreglar y poner a punto las bicis y los portabultos, sacar dinero y comprar provisiones y agua ), pero circulamos por carretera a  buen ritmo y avanzamos rápidamente.
Salva completamente recuperado de la "pájara" de ayer,está pletórico. En la carretera es donde se siente a gusto y pedalea a gran velocidad varios Km por delante esperándonos de tanto en tanto. Simón y yo a buen ritmo pero  más suave y relajados.


A los 50 Km aprox. paramos para prepararnos algo de comer y descansar un poco. Mientras preparamos la comida ( fideos chinos, tortilla de patatas chips y sardinas en lata), un par de mujeres que trabajan en el campo de al lado nos ofrecen un trozo de torta para probarla y nosotros les correspondemos invitándolas a probar nuestra tortilla.
Tumbados a la "bartola" tras la comida, el capuchino y el cigarrito de rigor, comienza a levantarse una tormenta de arena de la que en un principio nos reímos y hacemos bromas de cual sería la mejor manera de sobrevivir a ella, y de lo útil que es tener un camello cerca en estos casos ( las cosas del Simón). Pero por momentos la tormenta se va acercando y la cosa se pone cada vez más oscura y fea. Así que decidimos taparnos bien y salir huyendo del temporal. Avanzamos rápidamente y dejamos la tormenta atrás, vuelve la calma, las bromas y las risa, pero durante un ratillo no se reía nadie.
Llegamos a Touroug 50 Km más tarde, y por casualidad o por intuición Salva nos está esperando cerca del bar del Berebere de las moscas, decidimos parar a tomar algo y hacerle una visita. El señor se acuerda de nosotros y nos vuelve a ofrecer su casa para pasar la noche, pero nuestra intención es llegar a Erfoud y rehusamos la invitación.


Nos ponemos en marcha a la seis y pico, y nos quedan 50 Km hasta Erfoud, hay que darse mucha caña.
Los 50 Km se hacen duros, muy duros. Rodamos casi dos horas de noche y para colmo pinchamos por última vez poco antes de llegar. Llegamos pasadas las 20:30, Erfoud es una ciudad pequeña, o un pueblo grande no estoy muy seguro, pero lleno de vida, luz y ruido.Tras recorrer sus calles en busca de hoteles, guiados por un grupo de chavales, descubrimos que el Rey de Marruecos, Hasán II, visitará la zona este fin de semana y  todo está lleno. No encontramos ni un sólo sitio para dormir y mientras discutimos las posibles alternativas (seguir, acampar,..) un guia, aquí todos hacen de guías, nos ofrece la posibilidad de llevarnos al desierto, a Merzouga por 300 Dh. Dicho y hecho. Viene el Land Rover, lo cargamos todo y 50 Km más, esta vez por pistas y en 4x4. Una experiencia nueva, aunque no demasiado satisfactoria, prefiero la bici a ir dando tumbos y cabezazos dentro de un vehículo.
El 4x4 nos lleva a una kasba al pie de las dunas cerca de Merzouga. El sitio nos gusta rústico, acogedor, muy auténtico y el dueño muy simpático,decidimos quedarnos por 150 Dh media pensión por persona.
La cena deliciosa aunque no abundante: picadillo de tomates y naranjas con canela, taguín de verduras con poca carne pero con tres huevos esclafados encima, pan y te.
Tras la cena el guía  que nos acompaña desde Erfoud, nos cuenta un poco sobre las creencias religiosas de los berebere: el panteismo, el espiritismo, los fantasmas de la naturaleza, la conexión que existe entre todas las cosas, etc.. el momento es mágico: el desierto, una kasba solitaria y oscura, la luz tenue de las velas, el misterio de la noche, etc...pero el guia está colocado y no se entiende demasiado bien lo que explica. Nos vamos a dormir y en  la habitación seguimos un rato más filosofando y desvariando sobre lo mundano y lo divino, nos reimos un buen rato.


P.D. La frase del día es: "Dirham no, que estoy cagando", y corresponde a Simón alejado del campamento en un momento de apretón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario