lunes, 28 de marzo de 2011

Trans Attlas 2009. Etapa seis: El paso del Todra.

Día 05/04/09. De Msemerir a Tinerhid, 84,2 Km y 6 h de pedaleo. ( seis pinchazos).

El hotel sería un cuchitril pero yo he dormido del tirón hasta las 7:00 h., eso si dentro del saco, cualquiera se atrevía con las sabanas.
Salimos temprano y equipados con toda la ropa de invierno, hace mucho frío este pueblo está a 2050 m. de altitud. La calle del pueblo está practicamente desierta no sé si por el frío o por que hoy es domingo, aunque no se si eso influye mucho en los países musulmanes, lo de ser domingo quiero decir.
Tomamos el camino de Imilchil y a los pocos Km lo abandonamos para coger un pequeño sendero que cruza entre las montañas y que nos conducirá hasta el Todra. El sol ya aprieta con fuerza y  sobra toda la ropa de invierno.

El sendero es durísimo. Cuesta mucho mantener el equilibrio y adelantar con tanto guijarro suelto, ya que la ruta transcurre durante un buen tramo por el cauce de un riachuelo. Además cada vez sube más y más.
Salva no se encuentra en su mejor momento. Ayer cenó poco y va todo el camino a base de barritas y geles. Mariconadas, menos barritas y mas tagines y si están quemaos mejor, a mojar pan.
Por fin salimos del riachuelo y aunque la pendiente se hace más pronunciada adelantamos más deprisa y el sol quema con más fuerza.
Llegamos al punto más alto 2600m . Descansamos un poco y de repente se levanta una fuerte ventolera, el aire es muy frío y nos obliga a abrigarnos antes de empezar el descenso.
La bajada tampoco es ningún regalo: pedregosa, escarpada y llena de baches. Y para colmo parece que nos haya caído algún tipo de maldición berebere por que pinchamos una y otra vez hasta quedarnos sin más camaras de recambio y tenemos que empezar a parchear algunas para poder seguir. Para colmo también se me rompe el portabultos, por suerte venimos sobradamente preparados (si es que hay que traer de tooo..... http://www.youtube.com/watch?v=z__8m3VZ-jc).
Paramos un rato y nos preparamos algo de comida, una especie de "poti poti" con todo lo que llevamos y mojando pan, después un capuchino con un cigarrito y que nos falta Attlas pa correr.
Un poco más adelante mientras reparamos otro pinchazo vemos como bajan corriendo desesperadamente entre piedras y pinchos una madre con su hija. Nos piden que les demos algo con la eterna letanía: "a stiló, a bonbon, a dirham". No saben decir nada más en francés, posiblemente no sepan hablar ni árabe, sólo berebere por que viven aquí perdidas y aisladas en medio de estas montañas. Les damos todo lo que podemos, que no es mucho. La niña me señala los calcetines y me pide que se los de, me fijo en sus pies y va descalza. ¡Madre de Dios¡ cuando pienso en como corría montaña abajo descalza me duelen los pies. Sólo llevo dos pares de calcetines y no puedo dárselos, que penita, el próximo viaje traeremos calcetines.

Mientras estamos con esta familia pasa un 4x4 en nuestra misma dirección, es el primero que consigue pasar por que dos más con los que nos hemos cruzado han tenido que dar la vuelta. Aprovechamos la ayuda que nos presta el conductor para inflar la rueda con el compresor y nos ponemos en marcha dejando el 4x4 atrás. Volvemos a pinchar por enésima vez y vuelve a pasar el 4x4 y vuelve a ofrecernos ayuda pero en el 4x4 viajan el conductor con su mujer un niño pequeño y un bebe y le decimos que no se preocupe que vaya tirando que ya nos apañamos.


Seguimos el camino pinchando y encontrando más familias de berebere que salen a nuestro encuentro.
Poco antes del final nos cruzamos con un grupo bastante numeroso de motos que además llevan seis todoterrenos de soporte, el primero el del guia parece un todoterreno de verdad, de montaña, pero el resto son pega, todoterrenos para la ciudad. Les decimos que probablemente no podrán cruzar el paso con esos coches y nos contestan que si han podido pasar lo que nos queda por pasar, pueden pasar cualquier cosa. "Pos fale". Salimos del desfiladero sin más dificultad y pensando que esa gente no tiene ni pajotera idea de donde se estaban metiendo, seguro que no han podido pasar.
¿Otro pinchazo?, ¡Mare de Deu Senyor¡ esto es imposible, esto no es una maldición, es una venganza. Reviso la cubierta de Salvador y encuentro una raja de varios cm, ¡Por Dios, por su madre y por todos los Santos¡, pero como no iba a pinchar este hombre con el "peazo" de raja que lleva en el neumático. Cambio de cubierta y seguimos. Ya no volvemos a pinchar más ese día a excepción del primer y último pinchazo que tuve yo en todo el viaje.
Tras salir del desfiladero el camino se vuelve más cómodo y amable, hasta que finalmente se convierte en carretera. La carretera se sumerge en garganta del Todra y durante Km y Km vamos bajando por ella sin más vista que las dos imponentes paredes que se levantan a lado y lado de la carretera y el río Todra que serpentea caprichosamente al lado de la carretera, o más bien es la carretera la que va siguiendo fielmente el caprichoso zigzageo del Todra.
El descenso por la garganta transcurre en absoluta soledad, acompañados por los sonidos amplificados por las altas paredes que nosotros producimos. De repente la garganta se ensancha en una gran plaza natural donde han construido un enorme complejo turístico "only for VIG" y "cienes y cienes" de vehículos todoterrenos se amontonan en las inmediaciones del hotel, evidentemente pasamos de largo.
Llegamos a Tinerhid cruzando por el palmeral y nos alojamos en el primer hotel que encontramos. Regateamos un poco pero no conseguimos bajar de 200Dh por persona la media pensión, pero el sitio nos gusta y nos quedamos. Un verdadero acierto habernos quedado: el cous cous está delicioso y las sabanas limpias. Es el primer día que dormimos sin saco desde que cogimos la bici.



P.D. La frase del día es: " Salvador no tires por ahí que pa darte una pechá tienes tó el día", y el autor Rafa cuando Salva privado de sus facultades discernitivas arremete por el primer repechón que encuentra hacia la cima de las montañas.

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