Con la noche llega el frío. Paro un momento a ponerme la chaqueta y me quedo atrás. En un cruce, siguiendo el track, me pierdo y salgo embalado por la carretera hacia Erfoud. Aunque me doy cuenta de que no voy bien es agradable pedalear de noche por la carretera bien asfaltada y con poco tráfico. Decido llegar a una gasolinera que se ve al fondo y dar la vuelta. Con la tontería hago dos o tres km más y cuando llego al hotel mis compañeros me esperan un poco intranquilos, Simón me ha llamado dos veces.
El Hotel no está mal pero no hay agua caliente. El gerente dice que se ha agotado pero que en una hora volverá a estar caliente. Simón y Ramón se duchan con agua fría, con dos cojones. Ami y yo decidimos esperar. Así que nos aseamos un poco por encima y bajamos a tomar unas cervezas. Mientras las esperamos, las han ido a buscar afuera, los motoristas de la pista nos obsequian con unas lonchas de jamón. Todo un detalle y un lujo.
Cenamos estupendamente: ensalada marroquí, cous cous y naranjas con canela.
Ramón no está fino. Cena poco y tiene náuseas. Posiblemente tenga una insolación. Ya veremos si mañana puede continuar.
Intento ducharme antes de dormir pero sigue sin haber agua caliente. Ami también se ducha con agua fría y yo paso de ducharme. Mañana será otro día.
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