lunes, 21 de marzo de 2016

Erfoud-Merzouga. Parte 2.

No dormiremos en las arenas del desierto. El camping está cerca de las dunas y la habitación es igual de incomoda que las del desierto. Además Ramón es el único que no ha estado en el desierto y no tiene ni cuerpo ni ánimo para salir corriendo hacia la gran duna para ver la puesta de sol, el resto ya lo hemos visto por lo menos una vez. Así que en vez de subir a las dunas preferimos dar un paseo por Merzouga hasta el ocaso. Y después una excursión nocturna por las dunas. Andamos aproximadamente una hora por las dunas hacia el interior del desierto. Y sobre una duna nos recostamos a contemplar el firmamento. Silencio absoluto, roto sólo en algunas ocasiones por los todo terrenos que van y vienen de sus supuestas aventuras.
Propongo que cada uno elija una canción y la oigamos en la oscura e inmensa noche. Yo elijo ama, ama y ensancha el alma. De Extremoduro por supuesto.
Volvemos al camping y cenamos una especie de estofado de cordero con ciruelas. Rico pero no demasiado abundante, así que rebañamos con pan.
Después del te todos van a dormir y me quedo con mis cosas tumbado en la terracita. Y,  sorpresa, me invitan a un par de vasitos de vino que saboreo poco a poco  con un cigarrillo mientras hago la crónica de la jornada, entre otras cosas.

2 comentarios:

  1. Salutacions des de la necessària convalescència! és una sort poder seguir les vostres agosarades aventures. Desprès de llegir sense perdre detall la cronica de dilluns t'he de dir que envejo la imatge i el silenci que descrius, observant el firmament, que de ben segur que és immens.
    Endavant nois, que es millore el Ramon i fins aviat. Una abraçada M Carme Mz

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  2. Moltes gràcies "Pometa", sap greu no contestar abans però.....és impossible.

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