miércoles, 14 de noviembre de 2012

MARRUECOS V. Ruta suicida 5.

Como si de un milagro se tratase las luces del albergue surgen en la oscuridad devolviendo la esperanza a nuestros maltrechos y pusilánimes cuerpos y espíritus. Tomamos dos habitaciones con baño y a media pensión por 130 dh. Como si nos pide 1000 nos vamos a quedar igual. ¿ Donde vamos a ir con la que está cayendo?
Entramos poco a poco en calor, unos más lentamente que otros, preguntarle a Francisco. Desmontamos las alforjas y nos preparamos para la ducha. El agua sale ardiendo, posiblemente la ducha más caliente que haya tomado jamas en Marruecos, pero al salir de la ducha el frío es insoportable y el trozo de gamuza que tengo por toalla ni seca ni abriga, así que me echo una manta por encima para secarme y calentarme.



Cuando estamos todos listos pasamos al comedor y mientras se acaba de preparar la cena tomamos un te con frutos secos, cortesía de la casa, al lado de la estufa. Empezamos a ser personas.
Por fin llega la cena: Potaje, tagim y naranja. Sabe a gloria.Ya volvemos a ser personas y hacemos bromas y nos reímos del frío, pero en el fondo todos sabemos que hemos pasado momentos críticos y que por suerte todo ha ido sobre ruedas, valga la redundancia, y sin ningún problema, por que un pinchazo, una caída, cualquier contratiempo hubiese acarreado trágicas consecuencias. Por suerte todo a pasado y hacemos bromas y nos reímos.
Cuando vamos a dormir la cama está helada, es imposible entrar en esas sabanas, así que nos acostamos entre las sabanas. La sensación es mucho más agradable y rapidamente entramos en calor. Lástima que me mueva tanto durmiendo, me entra el frío por todas partes.

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