Salimos del árido altiplano y descendemos rápida y progresivamente atravesando algunas aldeas y poblados. La gente nos saluda al pasar: " Bon jour ", " saba " y los niños corren a nuestro encuentro recitando su eterna letanía: "an estiló", "an bonbon", "an dirham".
Compramos pan y conservas que devoramos vorazmente, hambrientos de todo el día a base de barritas, en la misma arboleda que paramos cada año. Es tarde y no hay tiempo para capuchinos.
El camino hasta Bou Taghart lo hacemos más rápido de lo que habíamos imaginado, y a las 18:00 h estamos cruzando el río del Valle de Rosas.
Vamos directos a la Kasbah Chems ( sol en berebere), que cada año está más bonita y arreglada.
Los chicos de la Kasbah tan agradables y simpáticos como siempre nos obsequian, tras la cena, con un nuevo recital del folklore local, interesante pero largo. Es tarde y estamos cansados, no tenemos el cuerpo para tantos fandangos.
A sobarla, mañana más....
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