Viernes 22/04/2012 Marrakech
Todo el día de turismo por Marrakech y en compañia de Visi y Marta, dos amigas que llegaron ayer por la noche desde Barcelona y que esta tarde partirán para hacer un circuito de tres días por el sur de Marruecos.
Paseamos por Jamma el Fna y por el zoco, donde realizamos algunas compras. Marta consigue muy buenos precios ya que domina con soltura tanto el idioma como las técnicas de regateo. Visi menos ducha en ambas habilidades tiene algún que otro malentendido con los comerciantes callejeros.
Comemos en el hotel, y pasamos muy buen rato hablando de todo un poco: de los fantasmas del pasado, de las ilusiones del futuro y de la suerte que tenemos de poder compartir estos agradables momentos en una ciudad tan exótica como Marrakech.
A media tarde ellas se van pues comienza su viaje y nosotros nos dedicamos a desmontar y encajar las bicis, y dejarlo todo recogido y listo, ya que mañana hay que estar en el aeropuerto muy temprano.
Todo preparado, una duchita y tras el último paseo por la ciudad volvemos a cenar al hotel, donde compartimos mesa con dos chicas muy simpáticas que conocimos durante la comida: Marie Hélène y Naswra. Pasamos una velada encantadora esforzándonos por entendernos y sin darnos cuenta se hace muy tarde y mañana hay que madrugar muchísimo. Despedida y al catre.
Todo el día de turismo por Marrakech y en compañia de Visi y Marta, dos amigas que llegaron ayer por la noche desde Barcelona y que esta tarde partirán para hacer un circuito de tres días por el sur de Marruecos.
Paseamos por Jamma el Fna y por el zoco, donde realizamos algunas compras. Marta consigue muy buenos precios ya que domina con soltura tanto el idioma como las técnicas de regateo. Visi menos ducha en ambas habilidades tiene algún que otro malentendido con los comerciantes callejeros.
Comemos en el hotel, y pasamos muy buen rato hablando de todo un poco: de los fantasmas del pasado, de las ilusiones del futuro y de la suerte que tenemos de poder compartir estos agradables momentos en una ciudad tan exótica como Marrakech.
A media tarde ellas se van pues comienza su viaje y nosotros nos dedicamos a desmontar y encajar las bicis, y dejarlo todo recogido y listo, ya que mañana hay que estar en el aeropuerto muy temprano.
Todo preparado, una duchita y tras el último paseo por la ciudad volvemos a cenar al hotel, donde compartimos mesa con dos chicas muy simpáticas que conocimos durante la comida: Marie Hélène y Naswra. Pasamos una velada encantadora esforzándonos por entendernos y sin darnos cuenta se hace muy tarde y mañana hay que madrugar muchísimo. Despedida y al catre.
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