Lunes 19/04/2011. Guite Tiza ( más allá de Igniouen).
Nos despertamos tarde. Abrimos la puerta de la habitación para que entre la luz y el fresco de la mañana. Frente por frente, atravesando un pequeño patio, queda la estancia que hace las funciones de cocina. Delante una de las mujeres limpia los cacharros y utensilios de cocina. Al momento acuden los niños, que se sientan delante de la puerta. Exactamente igual que ayer, en el mismo sitio, en la misma postura, con la misma ropa, con el mismo despeinado...Desde los sacos, aún si levantarnos, les sacamos unas fotos. Después entran el la habitación y se quedan jugando en ella. Mientras nos vestimos y recogemos también entra la madre de los niños a guardar las mantas y los sacos en un ricón de la habitación.
Ayer no fuimos conscientes de la situación privilegiada y el entorno mágico que rodea la Guite. Situada a 2300m de altura en lo más alto, en el Tizi, en la cima y rodeada completamente de montañas y desfiladeros.
Ayer llegamos muy tarde y con pocas opciones de negociar el precio. Nos cobran 200 Dh por persona, lo mismo que en un hotel de tres estrellas. Un poco caro, pero teniendo en cuenta la situación privilegiada, el paisaje y las alternativas (dormir en el cuchitril con un muerto o acampar a más de 2000m de altura) nos parece aceptable.
Comienza el descenso: largo,empinado, lento y peligroso, pero espectacular. Tenemos que detenernos en varias ocasiones para descansar brazos y muñecas. Lo peor es que cuando llegamos a tramos de poco desnivel o llano, el viento sopla de cara y nos obliga a pedalear sin parar.
Pasamos varias aldeas, adelantamos unos 4X4 y pasamos al francés de la Guite con un simple "Bon Jour" , un poco autista.
El viento nos ofrece una pequeña tregua mientras cruzamos un hermoso valle. Pero al final debemos superar una larga y fuerte subida para poder salir del valle. Durante el ascenso adelantamos a varios grupos de niños que parecen ir al cole, deben hacer este largo y duro trayecto varias veces al día para poder estudiar. Mientras espero que suba Salva llega el Francés que se detiene un momento a descansar y comentar alguna banalidad, no parece tan autista. Por fin llegamos al final de la cuesta y de nuevo el altiplano, y de nuevo el viento de cara y de nuevo a pedalear sin parar para poder avanzar.
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