Tras la soleada, esperanzadora, revitalizante, reparadora y nutritiva parada proseguimos nuestro periplo hacia la cima, que resulta mas larga y dura de lo que recordaba. Un par de paradas más y por fin llegamos al punto más alto. Unas fotos, unas risas, unos estiramientos y algo de reposo para el más que sobrecargado talón de Aquiles-Francisco. A partir de aquí todo bajada hasta Skiba...........¡ YUUUUUUUUUPI !
El descenso es pronunciado y muy largo. La carretera, aunque no es de las peores, tampoco está en demasiado buen estado. Algunas grietas, rocas sueltas y trozos sin asfaltar. Para "colmo de males" la tregua de buen tiempo a durado poco. La tarde es gris, triste y fría. Y la velocidad del descenso hace que la sensación térmica también sea inferior. Resumiendo que vuelve a hacer frío.
Llegamos a Skiba y paramos en una gasolinera a la entrada del pueblo. Llamamos a "La Guite d'Etape" que nos recomendaron por el camino pero no podemos contactar, problemas de la línea, del numero, de los prefijos, de lo que sea. Antonio propone llamar desde una cabina que hay al lado de la gasolinera y "milagro" conseguimos contactar. Ahora hay que entenderse. La señora no habla castellano y como buenamente puedo chapurreando el "francingles" consigo que me de las coordenadas de latitud y longitud. Introducimos las coordenadas en el GPS y vemos que la localización se haya a unos 6 km a las afueras del pueblo. Empieza una nueva aventura: "en busca de refugio antes de que llueva siguiendo la flechita". Media hora más tarde estamos en la puerta de la "Guite" y una señora muy sonriente y simpática nos espera.
Milagros de la tecnología.
Nos enseña el albergue, que aunque aún esta en construcción es muy acogedor, Nos parece perfecto. Descargamos todo, nos aseamos y pedimos un taxi que nos lleve al pueblo, a un cyber, para conectarnos con el mundo exterior y actualizar el blog.
Sobre las 21:30h. volvemos al albergue. Está lloviendo otra vez y hace frío. Por suerte el taxi nos espera en la puerta. Cuando llegamos nos espera una cena deliciosa y Antonio, que ha preferido quedarse tranquilamente en la casa. Tras la cena un buen rato de bromas y risas. Luego a dormir sin tener muy claro que haremos mañana.
Sigue lloviendo..........................................................
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