Avanzamos despacio, sin bulla, sin forzar.
La ya resentida lesión de Francisco se ve un poco más afectada por una despistada y pequeña caída. Causado por un fallo en la cala del pedal automático que arreglamos sin más contratiempos. Mientras efectuamos la reparación conversamos con un par de austriacas que pedalean en dirección contraria y que al parecer han encontrado mejor clima que nosotros o van mucho más preparadas, ya que duermen cada noche en la tienda. Continuamos nuestro viaje y a la entrada de un pequeño pueblo vemos un bar que tiene muy buena pinta, por desgracia es muy pronto para parar a comer. Mientras decidimos si parar o no, un matrimonio de Españoles que también van en bici y que también hacen la ruta a la inversa, nos comentan que en Skiba se han alojado en un lugar muy, muy recomendable y nos instan a que vallamos. Apuntamos la dirección y seguimos nuestro camino ya que es muy pronto para comer y hace buen día. Hay que aprovechar.
El último puerto es más duro de lo que recordaba. Aprovechamos que ha salido el sol para preparar algo de comida y hacer un picnic. El primero y el único del viaje, por desgracia. Sacamos los bártulos: hornillo, cacerolas, cubiertos, machete, comida...... y a cocinar. Risoto con gambas, fuet con barritas energéticas y algunos frutos secos y latas de conserva. Esto es vida. Y además hace sol ¿ Qué más se puede pedir? Unos capuchinos y un cigarrito. Concedido...................La felicidad absoluta dura un instante, pero que felicidad.
La ya resentida lesión de Francisco se ve un poco más afectada por una despistada y pequeña caída. Causado por un fallo en la cala del pedal automático que arreglamos sin más contratiempos. Mientras efectuamos la reparación conversamos con un par de austriacas que pedalean en dirección contraria y que al parecer han encontrado mejor clima que nosotros o van mucho más preparadas, ya que duermen cada noche en la tienda. Continuamos nuestro viaje y a la entrada de un pequeño pueblo vemos un bar que tiene muy buena pinta, por desgracia es muy pronto para parar a comer. Mientras decidimos si parar o no, un matrimonio de Españoles que también van en bici y que también hacen la ruta a la inversa, nos comentan que en Skiba se han alojado en un lugar muy, muy recomendable y nos instan a que vallamos. Apuntamos la dirección y seguimos nuestro camino ya que es muy pronto para comer y hace buen día. Hay que aprovechar.
El último puerto es más duro de lo que recordaba. Aprovechamos que ha salido el sol para preparar algo de comida y hacer un picnic. El primero y el único del viaje, por desgracia. Sacamos los bártulos: hornillo, cacerolas, cubiertos, machete, comida...... y a cocinar. Risoto con gambas, fuet con barritas energéticas y algunos frutos secos y latas de conserva. Esto es vida. Y además hace sol ¿ Qué más se puede pedir? Unos capuchinos y un cigarrito. Concedido...................La felicidad absoluta dura un instante, pero que felicidad.
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